06 abril 2009

¿Puede el poder económico vencer a la muerte?

Ser hombre, o ser más que un hombre. Ser constante con tus objetivos y firme como una roca. Este hielo no esta hecho de tal materia, como sus corazones pueden ser; es mutable, y no puede perdurar si dices que no lo hará
Mary Shelley
continua >>>
------
¿Puede el poder económico vencer a la muerte?

Ser hombre, o ser más que un hombre.
Ser constante con tus objetivos y firme como una roca.
Este hielo no esta hecho de tal materia,
como sus corazones pueden ser;
es mutable, y no puede perdurar si dices que no lo hará
[1]

Inevitabilidad, caracteres mágicos, vacío, vida posterior a la muerte, etc. Existen infinidad de formas de acercarse a un razonamiento sobre la muerte. Pero hay diferencias entre representar la muerte o intentar comprenderla, con el hecho de pretender ocultar o enmascararla.
¿Cuál es la interpretación más literal que se puede hacer de un cráneo revestido en 8.650 diamantes, en la obra Por amor a Dios, del artista Damien Hirst? ¿Es posible, entonces, ocultar el color y la textura del cuerpo humano tras 100.000.000 de dólares?
Es tan posible, como acabar con la vida de animales, pero mantenerlos inanimados tras un proceso de embalsamamiento.


Hay tres grandes leitmotiv, para disecar lo que antes estuvo vivo. 1) Preservarlo para una vida posterior a la mortal (a grandes razgos la momificación del antiguo Egipto y de la cultura incaica, etc); 2) Preservarlo como proeza por el valor de la víctima sometida (trofeo deportivo); 3) Preservarlo por su función como valor social (próceres o líderes políticos exhibidos). Sin embargo, la obra de Hirst, La imposibilidad física de la muerte en alguien vivo, no se puede englobar en ninguna de estas categorías. Evidentemente, no parece importar la vida de ultratumba del tiburón; no fue ni el artista ni su mecenas quienes lo cazaron; y por último, el animal no parece ser un líder que pueda controlar a las masas en su lucha por el poder político, al menos por ahora. Sin embargo, en la obra de Hirst, el tiburón se alza violento, y manifiesta todo su poderío, como si estuviese vivo. ¿Acaso lo está? Aquellos que se maravillan ante la obra, siguen viendo en el animal sus significados a-priori establecidos (ferocidad, salvajismo, fuerza, poder, etc.), y ello es todo lo que parece importarles del tiburón (su vida, evidentemente, no).
Es expuesto frente al espectador, inanimado infinitamente. Nada ni nadie le quitará sus poderes, nunca. Jamás. Los procesos biológicos, naturales, y aún sociales, se ven interrumpidos indefinidamente.
Volviendo a Por amor a Dios, ¿qué sucede con estos procesos? Se vuelven invisibles e impracticables. Ocultos, tras 8650 diamantes, el objeto de valor e intercambio más perdurable a lo largo de la historia. ¿Puede el arte vencer a la muerte?

5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia
vieres en la provincia, no te maravilles de ello;
porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.
[2]

Puede enfrentarla, representarla y analizarla. Pero no puede vencerla. Sin embargo, es capaz de convertirse en una herramienta tenaz, para la lucha descripta en el apartado anterior. Y cuando una disciplina se convierte en la herramienta, para una lucha que no es la suya, difícilmente pueda alcanzar resultado alguno.

¿Puede el poder económico vencer al arte?


2:19 Y ¿quién sabe si será sabio o necio
el que se enseñoreará de todo mi trabajo
en que yo me afané y en que ocupé
debajo del sol mi sabiduría?
Esto también es vanidad.
[3]

La obra de Hirst ha atraído a números mecenas de alta capacidad económica. Hasta que el mismo se convirtió en uno de ellos. Su taller, se convirtió en empresa, y su empresa hace más que arte. Esto puede generar diversos debates de dudosa moralidad sobre su figura y sus obras. Sin embargo, su arte es percibido por un mundo fuera de ese círculo. Sus interpretaciones, como en toda obra, se vuelven infinitas. Cada quien tendrá la suya. El autor -por más sociedades que forme con sus mecenas, por más que se iguale (o pretenda hacerlo) a ellos (o ellos a él)- tendrá su mensaje, y este será decodificado sucesivamente, a lo largo del tiempo. Y eso es algo, que ninguna montaña de diamantes puede alcanzar.

¿Puede la ciencia vencer a la muerte?


La vida y la muerte me parecieron límites ideales,
por los que yo primero debería abrirme camino,
para verter un torrente de luz en nuestro mundo oscuro.
[4]

Desde La lección de anatomía del Doctor Nicolaes Tulp, en adelante, la ciencia a demorado el proceso. La inevitabilidad de la muerte ha sido desafiada, y esto a su vez denunciado por la moral de todas las épocas, de Frankenstein en adelante. Y aún hoy lo es, en parte. El mismo título de La imposibilidad física de la muerte en alguien vivo, implica dos cosas. La primera, evidente, la imposibilidad de la convivencia física entre la vida y la muerte. La segunda, la imposibilidad de morir mientras se permanezca vivo.
Christopher Conte, artista y fabricante de anexos médicos para procesos operatorios reales, ha inventado su propio Frankenstein. Pero este, ya no tiene ninguna conexión siquiera, con algo que alguna vez haya estado vivo. La tecnología contemporánea ha ido más lejos y más profundo que Hirst. La muerte no es ya algo a evitar, es un proceso obsoleto.
¿Puede el arte sobrepasar a la ciencia?

9:16 Entonces dije yo:
Mejor es la sabiduría que la fuerza,
aunque la ciencia del pobre sea menospreciada,
y no sean escuchadas sus palabras.
[5]


No somos, ni seremos algo ajeno al par vida-muerte. Ninguna tecnología o disfraz, por más sofisticados que sean, nos alejarán de ello. Cuando Hirst se enfrenta a su tiburón en una serie de fotografías, parece primero estudiar su creación. El estado latente entre vida y muerte del animal. Luego, el autor, abre su boca desafiante, imitando a su criatura. Pretende igualar sus significados antes descriptos (ferocidad, fuerza, etc.); o bien pretende, alcanzar su condición de vida suspendida indefinidamente. Finalmente, mira al hipotético espectador. Aquí, nos encontramos en el meollo de la cuestión. Podemos creer que Hirst se ha igualado y, por lo tanto, elevado a un nivel superior de existencia; o bien, que el autor, desesperado, ha comprendido (y lo ha comprendido siempre) que toda su obra, no es más que un ejercicio. Lo inevitable es por su propia esencia, irremediable.
Teodoro Tenenbaum.- 2009

[1] Shelley, Mary Wollstonecraft, Frankestein o El Moderno Prometeo. Ed. Espasa-Calpe S.A. Madrid. 1997.
[2] Eclesiastés. Antiguo Testamento.
[3] Eclesiastés. Antiguo Testamento
[4] Shelley, Mary Wollstonecraft, Frankestein o El Moderno Prometeo. Ed. Espasa-Calpe S.A. Madrid. 1997.
[5] Eclesiastés. Antiguo Testamento



2 comentarios:

Anónimo dijo...

peroo...que nivel de lecturas! interesante en principio...si,si bien.
la "conclusion" muy buena...aunque creo que es como demasiado solemne...La muerte es tan simplemnte un punto mas como la vida, algo simple. Pero el respeto y temor las convierte en algo importantisimo para la sociedad contemporanea....y con ello algo para manipularnos de uno u de otro ladooooo!!

Manuel Prendes Cimadevilla dijo...

¡Buenísimas reflexiones!

hora en BA