07 mayo 2009

La Silla Vacia


1.
Vivimos inmersos en la vorágine de las grandes ciudades, de su dinamismo y constante transformación. Pero en otros lugares, lejanos en algunos casos, el tiempo se detuvo y la ciudad con él.

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La urbe, petrificada, narra incansablemente el mismo relato. Una y otra vez. Solo se altera el contexto: la naturaleza y el deterioro del abandono le agregan nuevas sensaciones, que varían nuestra percepción.

----------------------------SanJhi, China

Y aunque el relato permanezca inalterable, lo recibimos de nuevas formas cada día. Será ese tal vez el encanto de las ciudades abandonadas. Y es que este factor –la naturaleza y el deterioro- es lo único que permite que aún les llamemos ciudades, y no museos de vidas pasadas.

-------------------------Pripjat, ex URSS

Son muchas las causas que llevaron al abandono de ellas, en la mayoría de los casos, su propósito llego a un fin. Ciudades mineras e industriales agotaron sus recursos naturales, y por lo tanto acabaron con su razón de ser. En otros casos, la economía sufrió modificaciones más veloces que los procesos productivos inherentes de la ciudad. En otros casos, la naturaleza fue quién recuperó el poder por sobre la obra humana.

-------------------------Chernobyl, ex URSS

La arquitectura en estos sitios, sufre procesos similares. Estructuras estáticas también cuentan sus historias a una audiencia invisible.

-------------------------Pompeya

Pero, a diferencia de los grandes monumentos de la antigüedad, hoy convertidos en museos in-situ de las glorias del pasado; la arquitectura de las ciudades abandonadas transmiten la historia del fracaso de sus propios fines.

-------------------------Chernobyl, ex URSS

Pero, por último, volveremos a preguntarnos si el fracaso ha sido de ellas, o bien, de sus ocupantes.

------------------ -----------Kolmanskop, Namibia

Por suerte, podemos asegurar hoy, que tienen nuevos inquilinos. Y estos no abandonan, ni retroceden, ni dejan de renacer día a día. La arena, los árboles, las piedras, el viento.


2.
En estos días, hemos ido oyendo alarmas de apocalipsis inminentes. Crisis económicas totales y finales, locales y globales. Ahora, pestes (también globales) acabarán lentamente con la humanidad toda. Las ciudades, sin importar sus historias quedarán desiertas. Esto es inevitablemente cierto, la OMS lo afirma. Inevitablemente cierto. Estas historias, en realidad, las escuchamos sin mucha sorpresa, pues las alarmas se suceden paulatinamente, desde tiempos inmemoriales. Y nunca sucede demasiado. O si, pero nunca lo que fue previsto, o como fue previsto.
Por otro lado, la sorpresa tampoco es tal, cuando nos han ido entrenando con mentiras blancas, con imaginación, con relatos e historias ficcionales de apocalipsis similares. Reseñaremos solo algunas de ellas.




Exterminio (28 days after)
Si bien no es propiamente un virus, una peste transforma a los mortales. Las ciudades (de día al menos) quedan completamente abandonadas. La secuencia de inicio, donde vemos a Londres desierta, es al menos, fundacional.




12 Monos
Una enfermedad artificial aniquila casi toda la humanidad. Las ciudades quedan desiertas, inmutables. Los refugios de los sobrevivientes, por cierto, olvidan toda tradición ecolástica.



El Muelle (La Jeteé)
Predecesora de 12 Monos. París abajo el apocalipsis. Silencio y abandono.



Epidemia (Outbreak)
Un pueblo sitiado y encerrado en sus casas hasta nuevo aviso. Cualquier similitud con la realidad… en fin.



Soy Leyenda (I am legend)
Inspirada en la novela de Richard Matheson. Casi que no quedó nadie. Al final parece que si, pero no… en fin. Esta vez le tocó a New York.

Teodoro Tenenbaum.-



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